Kindergarten in Villacurí, Peru, showcases use of traditional materials and building techniques
Eleazar Cuadros

Un jardín de infancia en Villacurí (Perú) muestra el uso de materiales y técnicas de construcción tradicionales

4 hours ago  •  Noticias  •  By Gerard McGuickin

Los arquitectos Betsaida Curto Reyes, del Estudio Copla, y Ander Bados Sesma, del Atelier Ander Bados, han colaborado en el diseño de una guardería en Villacurí, en pleno desierto peruano. El proyecto forma parte de una iniciativa de All Hands and Hearts, una organización internacional sin ánimo de lucro de ayuda en caso de catástrofe. La escuela de la zona no se había reconstruido desde el terremoto de Perú de 2007. Hoy, la escuela es un aclamado ejemplo de arquitectura educativa y un escaparate del uso de materiales tradicionales, técnicas de construcción y sostenibilidad.

photo_credit Estudio Copla
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Situado en la región peruana de Ica, Villacurí se describe como un asentamiento humano que surgió como resultado de una afluencia de personas a la zona desde la sierra y la selva que comenzó hace 25 años. Un lugar con viviendas provisionales y sin planificación urbanística, cuyos habitantes trabajan principalmente para empresas agroexportadoras cercanas. Betsaida Curto Reyes y Ander Bados Sesma explican que uno de los principales problemas de esta comunidad es la «escasa atención» del gobierno regional. «La escuela inicial nunca fue reconstruida tras el terremoto de 2007, por lo que sus 300 alumnos pasaron años en aulas prefabricadas, donde las condiciones de ventilación y salubridad dificultaban enormemente el aprendizaje», señalan los arquitectos. En 2019, All Hands and Hearts tomó la decisión de reconstruir la escuela.

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Las viviendas provisionales de Villacurí están construidas con diversos materiales, como esteras naturales, hormigón, ladrillo y madera; las distintas estructuras representan una amalgama de diferentes culturas y técnicas de forma un tanto aleatoria. El planteamiento adoptado por los dos arquitectos para la construcción de la guardería reconocía la singularidad de la comunidad de Villacurí y la importancia que concede a la comprensión del valor de su entorno.

«El denominador común de todos los edificios es el uso de materiales sin revestimiento, principalmente por motivos económicos», dicen los arquitectos. «Por eso decidimos adoptarlo como concepto, dejando simplemente los materiales tal cual». Este particular método de construcción redujo los costes del proyecto sin afectar al valor de la escuela. El uso combinado de ladrillo visto y hormigón, esteras, caña brava y madera ha contribuido a crear un entorno escolar especialmente acogedor. Además, da crédito a la importancia y el valor de las técnicas, texturas y materiales de construcción locales. «Nuestra investigación personal de nuevos usos para los materiales tradicionales fue un proceso de aprendizaje mutuo a través del conocimiento compartido», dicen Curto Reyes y Bados Sesma.

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La parcela de la guardería está situada en el corazón de Villacurí, eclipsada por los edificios vecinos. Por eso, los arquitectos diseñaron un lugar en el que las aulas conectan con zonas abiertas: «ideamos un sistema reticular lleno de “espacios llenos” y “espacios vacíos”». Los edificios escolares están divididos por parcelas abiertas: hay siete aulas, una cocina, salas para el personal y baños. Los niños tienen acceso a zonas de sombra y caminos entre cañas silvestres y olivos - la sombra junto con la ventilación cruzada también ayudan a proteger las aulas del caluroso sol del desierto; un anfiteatro sirve de patio de recreo y centro comunitario.

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En un esfuerzo por reducir aún más la temperatura de las aulas, Curto Reyes y Bados Sesma reinterpretaron un antiguo método de Ica: «Utilizamos un sistema de doble cubierta que forma una cámara de aire, permitiendo así que la ventilación natural fluya por toda la escuela y mejorando el confort ambiental». Un plano continuo de caña brava colocado bajo una losa de hormigón crea la cámara de aire. La caña brava se extiende más allá del tejado para proporcionar sombra adicional.

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El carácter temporal de Villacurí, donde la gente suele residir durante las temporadas agrícolas, hace que las familias sean menos proclives a matricular a sus hijos en las escuelas si consideran que las instalaciones y la calidad de la enseñanza son deficientes. «La construcción de esta nueva escuela, con buenos espacios para la enseñanza, temperaturas agradables y zonas al aire libre con plantas autóctonas, ha tenido un impacto positivo en la escolarización de los niños», afirman Curto Reyes y Bados Sesma. «La matriculación ha aumentado más de un 20% en comparación con años anteriores». La nueva escuela es reconocida como ejemplo modélico de arquitectura educativa -utilizando materiales locales e intervenciones sostenibles- con visitas de representantes del gobierno regional. 

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Los arquitectos explican que «las técnicas de construcción “prestadas” utilizadas, junto con la reutilización de materiales locales, nos permitieron reimaginar como bello lo que la mayoría considera feo». Materiales como la caña y la madera se consideraban a menudo inferiores y recordaban las primeras etapas de la colonización de Villacurí. El éxito de la escuela ha contribuido a contrarrestar este hecho, fomentando un mayor sentimiento de pertenencia y orgullo comunitarios. «Los 'materiales pobres' vuelven a ser celebrados y utilizados, lo que también apoya la economía circular de la zona», afirman Curto Reyes y Bados Sesma.

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Total Floor Area: 760 square meters (8,181 square feet)